Desde ARCO no somos ajenos a las penurias y calamidades de la ciudadanía siempre estaremos en contra de las injusticias, aunque esto no afecte a nuestra ciudad.

Las trabajadoras y trabajadores de los servicios municipales de limpieza viaria y jardinería de Madrid, han comenzado este martes una huelga indefinida, con el objetivo de protestar por la pretensión de tres de las cinco empresas concesionarias de este servicio de presentar los expedientes de regulación de empleo para despedir a 1.144 trabajadores.

 La ciudadanía se preguntará de donde vienen estos recortes, pues los explicaremos a continuación:

•    Desde 2010, el presupuesto municipal del programa de limpieza viaria ha caído un 20,7%, de 273,3 millones de euros a los actuales 216,7. En el mismo periodo, el dinero destinado a recogida de residuos se ha reducido un 11,5%, de 145,7 millones a 128,9 millones.
•    El mismo mes de agosto 300 trabajadores perdieron sus empleos.
•    Al despido masivo le ha seguido la amenaza de un ERE que afectaría a más de 1.000 trabajadores de los servicios de limpieza viaria y mantenimiento de parques y jardines, una amenaza que, de cumplirse, agravará más aún las consecuencias de los sucesivos recortes: papeleras y contenedores rebosantes de basura, acumulación de suciedad en las calles, falta de mantenimiento de los parques…
•    Queremos recalcar que el problema no es estrictamente laboral con las empresas concesionarias, sino que dichas empresas intentan sacar los máximos beneficios del Ayuntamiento por la vía de los despidos y rebajar las condiciones laborales y económicas del resto de los trabajadores, con recortes de hasta un 44% de salario, algo inadmisible.

Todo ello obra de nuestro queridísimo y bien gestionado Ayuntamiento de Madrid, «estamos mal acostumbrados, en Europa no se limpia todos los días» dice la alcaldesa.

Por todo esto desde ARCO nos vemos en la obligación de apoyar la huelga, porque es una huelga que tienen ganada y luchan por algo justo, ya basta de recortar en los servicios de bienestar de la ciudadanía, porque ellas y ellos solo no pueden recoger toda la «basura».