Pensiones, ahorro y gasto social se verán afectados, estima un estudio de la CEOE. CCOO advierte de la necesidad de que se incorporen jóvenes al mundo laboral
Si se mantiene la tendencia del 2015, año en que la contratación se concentró en los trabajadores de más edad, los casi dos millones de empleos que el plan de estabilidad del Gobierno prevé que se creen en los próximos cuatro años irán a parar a los empleados más viejos. El envejecimiento de la población, la emigración de jóvenes cualificados en busca de un empleo durante los años más duros de la crisis y la falta de adecuación profesional de los jóvenes que copan las listas del desempleo conforman un panorama en el mundo del trabajo de España que tendrá consecuencias en las pensiones, en el consumo y en los presupuestos públicos.
El primer efecto es positivo en términos globales. La reducción del censo se trasladará a la población activa, por lo que bajará el número de personas que estarán en edad de trabajar y la tasa de paro. Un estudio de la CEOE sobre la evolución de la población y su repercusión en el mercado de trabajo calcula que el desempleo bajará hasta el 18% a finales del 2017 y al 7,5% en el 2025.
La patronal establece dos escenarios. A corto plazo, en los dos próximos años, calcula que la población activa se reducirá en 330.000 personas –el año pasado bajó en 78.400 trabajadores, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)–. Con el horizonte del 2025, prevé que el grupo de ciudadanos entre 16 y 64 años baje en 1,7 millones de personas. La creación de empleo se mantendría en una tasa media anual del 1,5% en ese periodo.
El envejecimiento de la población es una característica de todas las sociedades avanzadas, pero en España es especialmente llamativo. En el 2050, será el segundo país, tras Japón, con la ratio de dependencia más alta del mundo y, según las proyecciones del INE estudiadas por la CEOE, habrá casi 69,5 personas de 65 o más años por cada 100 de entre 15 y 64 años. En otras palabras, habrá cuatro ocupados por cada tres pensionistas.
LA OPINIÓN DE LOS SINDICATOS Lo sucedido entre el 2002 y el 2015 es un ejemplo de lo que puede venir. En ese periodo, que incluye épocas de bonanza y de recesión, el único tramo en el que se ganó población activa es entre 45 y 64 años.
El sindicato CCOO se hace eco en un reciente análisis de una situación similar y destaca que durante la crisis se destruyó empleo entre los jóvenes, pero en los inicios de la recuperación la contratación va dirigida a los mayores. Entre el 2008 y el 2013 el empleo destruido se concentró en los menores de 35 años. La cifra de asalariados menores de esa edad se redujo en 2.510.000 personas. Sin embargo, este colectivo no se beneficia de la reciente contratación. Así, entre el cuarto trimestre del 2013 y el mismo periodo del 2015, el empleo asalariado aumentó en 895.000 personas mayores de 35 años, mientras que por debajo de esa edad se sigue destruyendo empleo.
La CEOE plantea estos datos para abrir el debate sobre el tipo de empleo resultante de la crisis y sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones ante la elección del nuevo Parlamento que deberá abordar la reforma del Pacto de Toledo. La patronal advierte sobre los cambios sociológicos que apuntan los datos precedentes. Con una población más envejecida habrá menos consumo, aumentará el ahorro o se dirigirá a productos distintos a los actuales y cambiará la financiación de las hipotecas.
Asimismo, prevé una reducción significativa de los presupuestos del Estado y de las comunidades autónomas en partidas como la educación en los tramos de edad más bajos y un aumento en las destinadas a sanidad y servicios sociales.
CCOO también prevé un futuro de consecuencias negativas. Tras constatar que en el 2015 el tramo de edad entre 25 y 34 años solo representaba el 23% de la población activa, una edad en la que los jóvenes se independizan y crean hogares, destaca que esta escasez de mano de obra joven repercutirá en la modernización de la estructura productiva, en el alza de la productividad y en el desarrollo de las nuevas tecnologías, aspectos que necesitan de nuevos conocimientos.