Badajoz: Los trabajadores de FCC inician una huelga indefinida la próxima semana


El 1 de septiembre comenzarán la protesta para reclamar una subida del dos por ciento de su salario

Protesta de los trabajadores de FCC durante la huelga que celebraron el pasado mes de marzo

Reivindican una subida del 2% en su salario y una equiparación progresiva a los sueldos de sus compañeros de Mérida. Si en los próximos ocho días no hay acercamiento entre los trabajadores y la empresa concesionaria de la recogida de basuras y la limpieza viaria, los empleados comenzarán una huelga indefinida. El próximo día 1 de septiembre será el primero.

El presidente del comité de empresa y de huelga de FCC, Antonio Manuel Rodríguez López, asegura que los empleados prefieren llegar a un acuerdo antes que tomar esta medida. Entre otras cosas -dice- porque muchos de ellos no pueden afrontar la reducción salarial estipulada por acudir a una huelga. De hecho, asegura que hay muchos compañeros que trabajan durante cuatro meses seguidos para cobrar horas extras y festivos. Cada festivo trabajado supone 68 euros más en su cuenta bancaria. «Nuestras economías están cogidas con alfileres», asegura. Incluso, afirma que hay muchos trabajadores que directamente no quieren secundar la protesta, pero que el comité se ve obligado a mantenerla porque los trabajadores así lo decidieron en una votación de la asamblea.

Manuel Rodríguez es peón nocturno. Su trabajo consiste en llevar contenedores hasta el camión. Percibe unos 1.100 euros en su cuenta. Un conductor, afirma, cobra cien euros más. Un barrendero, trabajando seis días a la semana en horario de mañana, roza los 900 euros. Con estos salarios -dice- una huelga les descalabra la economía familiar.

A pesar de ello, mantienen la protesta porque están «cansados y solo hacen robarles derechos». Se refiere, por ejemplo, a que tienen que recibir cursos de formación para manejar los camiones en horas que no computan como trabajadas. También les excluyen los pluses a la hora de compensar las bajas médicas. «Nos dicen que les denunciemos, pero no queremos llegar a eso».

Por ello mantienen la huelga a partir del próximo día 1 y la exigencia de un dos por ciento más en su salario. Dan un plazo de seis años para que equiparen su sueldo con los empleados de Mérida.

La empresa, dice Antonio Rodríguez, ofrece una subida salarial del 1,5 por ciento y el IPC. Para ellos no es suficiente. Indica que el Ayuntamiento tiene que asumir parte del incremento a través del canon anual que paga a esta empresa por limpiar la calle y que, por tanto, no supondría un desembolso demasiado alto a la empresa.

Su reclamación del dos por ciento supondría 24 euros más en el bolsillo de cada empleado al mes. Contando con las pagas extras supondrían unos 300 euros al año.

Los empleados votaron ir a la huelga a principios de julio y, desde entonces, han tramitado los permisos y esperado algún movimiento por parte de la empresa. Dicen que no lo ha habido. Tampoco han recibido ninguna llamada por parte del Ayuntamiento, a pesar de que han dirigido un escrito al alcalde, Francisco Fragoso, el 19 de este mes informando de la huelga. El Ayuntamiento rehusó ayer realizar declaraciones sobre el anuncio de huelga.

Se trata de la segunda huelga que los empleados de FCC realizarían este año, tras la que llevaron a cabo durante tres días de la Semana Santa. Tenían previsto haber realizado otra en la feria de San Juan, pero tuvieron que desistir de ella porque no terminaron los trámites administrativos.

La empresa

Por su parte, fuentes de la concesionaria aseguran que quieren negociar y que esperan tener alguna reunión antes del 1 de septiembre, día en que comenzará la huelga. Sin embargo, se mostraron sorprendidos de que los trabajadores no hayan respondido formalmente a la propuesta que les hicieron en la última reunión, la del 30 de junio. Entonces les propusieron el incremento del 1,5% más el IPC. Sin embargo, dicen las mismas fuentes, desde entonces solo han recibido el anuncio de la huelga a finales de este mes. Afirman que continuarán las negociaciones con el objetivo de que desconvoquen la protesta.

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