
Después del relativo parón vacacional, el viernes 6 de septiembre, a las 3 de la tarde, (al inicio del fin de semana, como es habitual en el Grupo Quirón para frenar cualquier respuesta inmediata), a la enfermera del bloque quirúrgico que estuvo representando a sus compañeros en las reuniones con la empresa y que intervino en las asambleas de la plataforma, le dieron la carta de despido. Durante la semana se convocó asamblea de la Plataforma y se han programado diversas acciones que culminarán con una manifestación el 22 de septiembre.
Respuesta de la empresa: viernes 13 de septiembre, a las 3 de la tarde, al auxiliar elegido por sus compañeros de servicio para las negociaciones y participante en las asambleas, le dan la carta de despido.
La empresa Quirón, con un despotismo propio de antiguos tiempos y que resurge y se recrudece con fuerza, intenta aplastar cualquier respuesta que cuestione su poder absoluto.
El dominio de Quirón se basa en:
Es la empresa europea mas fuerte en la sanidad privada.
En España tiene una relación privilegiada con el poder político y económico. En Madrid entró a participar en la FJD (como unión temporal de empresas) para salvar a ese hospital de la quiebra, cuando las distintas administraciones públicas se negaron a integrarlo en la SS. Fue una clara apuesta política para penetrar en el goloso negocio de la salud (paradoja de lo que son conceptos contrapuestos), la consejería de sanidad les cedió los edificios de los centros de especialidades de Quintana y Pontones para su expansión y le dio un Área Sanitaria, elevando la clasificación de su nivel asistencial. Hoy tiene en Madrid el poder de administrar, gestionar y recuperar ganancias en los hospitales de Valdemoro, Móstoles y Villalba. Todo ello en detrimento de los hospitales 100% públicos.
Promoción, desde las más altas esferas, de los centros privados del grupo Quirón. Si el Rey Emérito se opera en Quirón, Quirón es lo mejor y la TV lo promociona gratis.
Quirón es un grupo fuerte, tiene poder y dinero para intentar y de momento conseguir que las administraciones públicas les permitan y les den cobertura (Madrid, con el ayuntamiento y comunidad en las manos que están, no augura nada bueno).
Falta un factor determinante: Los trabajadores movilizados, la ciudadanía consciente de lo que tenemos en juego y las organizaciones políticas, sindicales, sociales asumiendo el papel que tienen la obligación de jugar.
El apoyo a la lucha planteada en el Hospital de Villalba, contra la represión y los despidos de los dos trabajadores por pedir condiciones dignas de trabajo y de asistencia, es hoy crucial, no podemos permitir que Quirón continúe actuando con tal despotismo y menosprecio a los derechos esenciales de los trabajadores.