La empresa indigna a los empleados con un «calendario de negociaciones» no pactado – La plantilla exige la reinversión de los beneficios de las hidroeléctrica

Los representantes de los 400 trabajadores de Ferroatlántica en Cee y Dumbría han decidido plantar a la dirección de la multinacional en España, que el pasado 27 de diciembre les citó para iniciar a partir de esta mañana un «calendario de negociaciones» sobre el plan industrial que la compañía pretende desarrollar con el dinero que obtenga de la venta de las seis centrales de los ríos Xallas y Grande siempre que la Xunta levante su veto a la operación. La plantilla está indignada con la actitud del grupo Ferroglobe (al que pertenece Ferroatlántica desde 2015), que en España dirige Pedro Larrea, y amenaza con convocar una huelga si la empresa «no desiste de vender» los saltos de agua. La fecha del paro, sin embargo, está por decidir.
El comité de empresa de las fábricas de ferroaleaciones y las hidroeléctricas de Cee y Dumbría reunió a la plantilla en una asamblea que respaldó no acudir a la reunión de esta mañana ni a otra prevista por la empresa para el lunes, en protesta por la actitud de la compañía.
Los trabajadores desmienten que hubieran accedido a abrir ese «calendario de negociaciones» como asegura la empresa en la carta que les envió para fijar la cita y advierten de que el plan industrial, de carácter plurianual, debe financiarse con los beneficios obtenidos de las concesiones, no con su venta.
La respuesta de los trabajadores se produce después de que el director de Recursos Humanos de Ferroatlántica, José María Merino, citase al comité a dos reuniones con él y el consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea, para tratar de la estabilidad en el empleo, la formación y la fábrica de carbón vegetal, entre otras cuestiones, los mismos temas que Larrea ya planteó en encuentros anteriores con los comités de las plantas de España afectadas. La propuesta de la compañía, de vender 14 saltos de agua en España y Francia, tampoco convenció en Huesca, donde los trabajadores de Hidro Nitro, rechazaron el plan industrial para la fábrica de Monzón porque las pequeñas inversiones que prevé allí «se tienen que hacer sí o sí», como informó la Cadena Ser. El portavoz de los trabajadores advierte que las centrales de Huesca «ayudaron a la rentabilidad de Hidro Nitro», por lo que su venta pone en peligro sus empleos.