
La manifestación celebrada el pasado viernes 5 de abril en las calles de Madrid, convocada contra la especulación inmobiliaria bajo el lema “acabemos con el negocio de la vivienda”, terminó con una fuerte represión policial, según denuncian desde el movimiento de vivienda.
Durante el recorrido de la protesta, un grupo de manifestantes realizó una acción simbólica desplegando una pancarta contra la SAREB —la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria—, denunciando su papel en el vaciado de viviendas públicas para su posterior venta en el mercado especulativo. La respuesta de los cuerpos de seguridad fue inmediata intentando detener a las activistas responsables de la acción.
Sin embargo, lo que pudo haber terminado en detenciones fue frustrado por la respuesta colectiva de la multitud. Cientos de personas rodearon a las compañeras para impedir su arresto, en lo que los convocantes califican como un «ejemplo de dignidad y solidaridad». A pesar de ello, la policía cargó con violencia contra la manifestación, dejando múltiples heridas entre las asistentes. Algunas sufrieron lesiones graves, como fracturas en los dedos que han requerido intervenciones quirúrgicas de urgencia.

Desde la organización de la protesta, han expresado una firme condena a la represión y han agradecido el respaldo recibido por parte de las miles de personas que se movilizaron no solo en Madrid, sino también en otras ciudades del Estado. “Gracias a todas las personas que se plantaron frente a los escudos, que tendieron sus brazos para proteger, que alzaron la voz frente a la injusticia”, señalan.
El comunicado difundido por las convocantes subraya que “la lucha es colectiva y la solidaridad es nuestra mejor arma”, concluyendo con un llamado a mantener la movilización frente a la represión.
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