“No te signifiques, sobre todo, tú no te signifiques” es el ominoso consejo que más jóvenes de los que podamos recordar escucharon alguna vez a lo largo de las últimas cuatro generaciones. Desde los agitados estertores de la monarquía borbónica en los años 20 hasta hoy, generación tras generación, alguien ha escuchado la desesperada petición de (normalmente) una madre temerosa de que la política trajese la desgracia sobre su casa. Seguir leyendo No te signifiques, por Javier Pérez

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