Bajo el nombre «Donde germinan los silencios», cinco artistas muestran desde hoy y hasta el 27 de mayo en Teruel su interpretación a través del arte de las historias de represión que vivieron las mujeres durante la Guerra Civil y la posguerra.
El protagonismo de las mujeres sigue la línea de las XII Jornadas de Memoria Histórica organizadas por la Asociación Pozos de Caudé de Teruel, responsable también de la puesta en marcha de la exposición, comisariada por Irene Ballester.
La historiadora ha asegurado a EFE que las mujeres fueron «doblemente invisibilizadas», por su condición de mujeres y de republicanas, y que con la muestra se quiere «poner presencia al silencio, dar imagen al silencio».
Con este único fin han trabajado los cinco artistas que participan en la exposición, y que muestran trabajos que van desde una producción audiovisual que recoge canciones que la tradición oral guardaba sobre estas tristes historias hasta fotografías o performance como la que se ha realizado hoy de la mano de Abel Azcona (Pamplona, 1988).
El trabajo audiovisual ha sido realizado por el colectivo valenciano Art al Quadrat, formado por las hermanas Mónica y Gema del Rey Jordá (Sagunt-Valencia, 1982), que recoge en un vídeo titulado «Jotas de las olvidadas» seis historias de mujeres reales que se transforman en jotas.
Estas canciones en algunos casos aparecen interpretadas en este vídeo por familiares de las víctimas y en los lugares donde se produjeron los hechos, como por ejemplo fusilamientos.
Así lo recuerda Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Pozos de Caudé, que evoca con emoción algunas de esas tristes historias que ahora, gracias al trabajo de este colectivo, los familiares se han decidido a relatar.
«He visto a abuelos emocionarse al contarlo y agradecerlo porque durante años no han podido hablar de ello», ha explicado Sánchez.
El trabajo del artista Pepe Beas plasma el dolor de una madre ante la pérdida de su hija y el de Alejandro Mañas se centra en las cartas que se cruzaban presos que iban a ser fusilados y sus familias, en las que trasciende la angustia de los que saben que van a morir.
La artista francesa afincada en España, Marie-Pierre Guiennot plasma en un óleo su interpretación abstracta del dolor y el sufrimiento de las mujeres que, como recuerda Ballester, sufrieron torturas que hacían hincapié en el género: desde raparlas para «quitarles su feminidad y que quedaran señaladas» hasta hacerles beber aceite de ricino o matar a mujeres embarazadas con un tiro en el vientre, relata.
«El arte tiene capacidad de sanar y curar», ha apuntado la historiadora y así se concibe la muestra, como «una manera de que afloren esas historias familiares para curar, porque es algo que no está superado».
Y ahí se explica también el título de la muestra, porque «el silencio ha sido impuesto por ley o por la sociedad, que ha mirado para otro lado, ha denunciado.
Abel Azcona ha participado en la muestra con una performance en el monumento de los Pozos de Caudé, que recuerda a las víctimas, con el título «Desafectos».
En ella, simulando un muro de fusilamiento, ha llamado la atención sobre la «ceguera de una sociedad que ha permanecido adormecida durante demasiado tiempo», según describe el texto de presentación.
«La obra de todos estos artistas nos habla de resistencia», ha destacado Ballester, y llaman la atención sobre «una realidad aterradora borrada por la dictadura» que ha sido un castigo más para los represaliados.
La exposición puede verse de lunes a viernes en el Centro Social de Teruel.