
Las calles de Madrid y de algunas otras ciudades siguen de manifestación en manifestación por lo que debía ser obvio, pero hay que seguir peleando: la sanidad pública, contra el fascismo y contra el genocidio del actual Israel gobernado por un sátrapa que ni es semita (consultar los magníficos artículos de Thierry Meyssan en red Voltaire y las conexiones con el nazismo del jázaro Netanyahu y qué son estos en diversas fuentes documentadas en YouTube como Alfredo Jalife, para saber la historia).
A destacar la masiva protesta en San Sebastián con la puesta en escena del genocidio, de la muerte por asesinato decidido.
Parece ser que el Gobierno aún se devana los sesos para imprimir justicia en la Sanidad. Se anuncian reformas que acaben con los desastres peperos producidos en nuestros propios cuerpos, no en los suyos, que siempre tienen money para pagarse un especialista privado y no hacer cola, como antes se pagaron los abortos y ojalá hubieran decidido hacérselos más y más frecuentemente.
Entre las medidas que se anuncian no se sabe muy bien si cualquier Comunidad Autónoma prestará sus servicios ordinarios a todos los españoles en adelante, como debe ser, o si seguirá el desastre actual de “no te atiendo” pasados unos meses de un desplazamiento de una a otra. Tampoco se explica, como es ya costumbre, qué pasos dar para adquirir la tarjeta que garantice la prestación universal nacional, con iguales recursos y calidad en la atención, sin largas esperas, sin ciudadanos de primera, segunda y tercera, según el territorio que te acoja, donde vivas, siendo todos, de momento, un país.
Siguen con la maldita manía de no informar bien, de dejar todo colgado, en nebulosa, y de que cada cual se las busque en lugar de, de oficio, que te comunique un funcionario e incluso te faciliten en casa las cuestiones mandándote las cosas necesarias: la tarjeta, la información…, ya que sí lo hacen mandándote las papeletas electorales, y la propaganda a tu buzón, porque, claro, en ello, les va el sillón pa seguir tan ricamente pisando mullida moqueta.
El Gobierno y también la oposición, se deben poner a trabajar en serio, sin más vacaciones extra escolares permanentes. Aclarar, por ejemplo, su posición real ante el genocidio en Gaza contra el pueblo palestino y consultar en sede parlamentaria a la luz del día, al pueblo. O, por ejemplo, qué piensan hacer con los desastres que cualquier ataque cibernético puede ocasionar a los ahorros pocos y con gran sacrificio acumulados por la ciudadanía. Se anuncia un fondo de reservas mayor obligatorio por parte del Banco de España. Pero salen cursis pagados para tapar los desastres como el último ocurrido en un banco español y para desviar la atención y no sale ninguna autoridad en la tele pública orientando a los afectados, hasta que pase gorda… Y todo porque los espacios de comunicación pública está para los toros, la religión y bobadas mil, concursos y fomento de ludopatías…
Tampoco se ve qué van a hacer en realidad, en concreto y claro, con los crecientes enfermos mentales a los que llama un teléfono de citas y amenazan con cortarles la atención si no atienden “a razones…”. ¿No estarán más locos esos amos del cable telefónico que los realmente enfermos, que ya ni se fían de sus trazas? ¿No se ha oído decir por parte de atendedores a gente con psicopatía que pedía ingreso voluntario que es que lo que les pasa es que están muy mimados? Y el mando no oye todo eso, es sordo, tonto, ciego, inútil y a cobrar….
Bienvenido sea que en el Congreso el presidente dé (no sé si la RAE ha quitado este acento importante pero me da igual esta gente tan elitista y cursi), dé, digo, las explicaciones que considere, para zanjar el pegajoso y distraedor caso de su señora esposa. Y si los días que se auto dio para su reflexión han servido para la conclusión de parar la furia fascista con preparación de medidas concretas que ha de ir mostrándonos y para reformar (con nueva ley mejor que mejor) la sanidad despendolaba, pues perfecto. Yo le doy otros cinco días de regalo…
Mientras tanto, crecen los monstruos y, por si fuera poco, parieron las monjas clarisas, de lo que no hay que hacer aplausos porque ya se sabe que el Papa es comunista, ha contagiado al Vaticano de este mal terrible que es como la varicela y se ve y que todos los obispos y demás personal de la cato en España que se precie es anti eso y está contra el jesuita. Las bromas de tipos como el Wyoming no son, dicen los que saben, más que aburridas normalizaciones de daños a través de un pretendido humor. Eso en ciencia social se llama técnicamente “desensibilización por asociación reductora de trascendencia”, es decir, la pura banalización en la comunicación de mensaje televisivos y otros…. Y se cobran millones por hacerlo a conciencia.
El momento presente se distingue por tales métodos, como por la disgregación social, el afán de que nos desintegremos incluso personalmente, la perdida no solo de ideologías y referentes (los mejores se ponen en cuestión como algo del pasado, nostálgico, antiquísimo), la aniquilación de ideas… Y que nos muramos a las puertas de un hospital, como en Estados Unidos lleva pasando desde su nacimiento. Y si es bueno para ellos…
Modelo anglo-norteamericano que nos destruye. Lo que quisieran en el nuevo experimento mk ultra rápido de control mental a lo bestia: que un día nos levantáramos mesa y otro pollo y otro dóberman y los derechos humanos de la víctima del perro, a tomar por saco…, esos no existen, como los de los trans y otros en realidad no existen, no serán realidad hasta que nuestros principales bancos y multinacionales no admitan que cada cual se presente en su oficina de atención al cliente vestido con la identidad que le parezca mejor ese día de acuerdo con los criterios impuestos por el capitalismo de esos mismos banqueros y amos de las multinacionales que están loquitos por entrarnos en esos usos mientras queden en la casa de cada cual y no en la de ellos.
Esos amos pedófilos de la élite del poder, que lo practican, hacen sectas de tocarse las pelotas y masturbarse literalmente sobre tablas mágicas mientras otros toman notas…, que preparan a sus hijos para próximos pedófilos corruptos y no les dejan entrar en las redes que financian ni tocar sino para ser futuros “programadores” sus asesinos cacharros de basura cerebral, son los que en la sombra financian y alientan campañas como la terrible y retorcida del cartel aparecido en Almería con la foto de un niño que si dice “no”, “no es sexo, es agresión” y se contempla que pueda decir sí y tener sexo ¿no? Con un desparpajo como el del desliz de la ex ministra de “Igualdad”. ¿La igualdad, es que un crío es follable?
Yo, que en mis trabajos periodísticos he conocido el tema, no conozco a ninguna víctima de pedofilia que no arrastre traumas severos que son, por cierto, un contaminante de desquiciamiento y matada de vidas para, al menos, cinco miembros cercanos de su familia y su propia familia futura si consigue el ánimo de formarla. Es decir, que destruye vidas. Y he conocido pedófilos, bueno, es recurrente esto, justificar que a los niños les gusta el sexo y son provocadores. “¡Pues, claro, cerdo, pero deja que lo descubran a la medida de su desarrollo mental, a su manera de crecimiento, por ellos y no por un cerdo como tú!”.
Hasta en debate público tuve que hacer aclarar a un psiquiatra qué quería decir y que explicara el alcance de todos esto a propósito de un coloquio sobre la estupenda película “La caza”. Y lo hizo, muy bien. Porque todos sabemos el alcance de una mala interpretación, que eso sí es contagioso. Y nuestra pretendida izquierda ha confundido estas cosas, con acertijos y medias tintas que no son más que hinchar el globo de los miserables y es que ha confundido muy a propósito lo que es la izquierda. Y ni se conocen ellos mismos. Esta mierda no es casual. El imperio opta por la pederastia que en “Spotlight”, esa película magnífica, se describe en sus alcance y efectos.
Los psicópatas al mando de todo la practican, sí, y la quieren democratizar, extender, porque les conviene y porque hasta la estupidez es democratizable. La practican como queda explicado en “La ilustre degeneración”, obra de La duquesa roja (Luisa Isabel Álvarez de Toledo), libro de gran mérito que escribió a partir de los abusos en España y desapariciones de menores. Se puede encontrar en Internet censurada y también completa, sin los rojos que impusieron los editores, quitando con ello toda la chicha a la trama y que la propia autora pasó así, con las tachaduras, para que viéramos lo que se cuece aquí.
Pues bien, esto no es izquierda, es mierda pura, son campañas financiadas y ello va unido a las otras sobre pérdida de identidad y sociedad transhumana y líquida donde todo dé igual, nos insensibilice y anule. Cuando la propia Inglaterra está dando marcha atrás y revisando la hormonación en la pubertad, tras serios fracasos y denuncias, aquí nos seguimos prestando a ser el laboratorio de lo que quieran hacer con nosotros.
Gobernar, tarea a creerse, pendiente
En España hace falta ya una gobernanza real y una escuela de civilización, saltar del troglodismo a la civilización y a la seguridad de vida; en lugar de eso, no se puede vivir. Marisa Paredes, en un vídeo majo, nos invitaba hace días a luchar por la sanidad pública y hablaba de los que hemos trabajado y mucho. Es loable, lo que pasa es que nos olvidamos de los que ya no pueden ni trabajar estando en edad, ni pagar un alquiler en ninguna ciudad donde haya algo de curro por horas o muy precario (otro, salvo excepciones, negocio de padres y enchufes, no hay), porque sencillamente los alquileres suben y la cesta de la compra, a puñados, cada día esos aumentos.
No se está regulando el turismo despendolado, la gentrificación que hace añicos nuestro entorno, la pérdida de identidad y futuro de nuestras ciudades, la diversificación de actividades, en fin, el no poner todos los huevos en la misma cesta endeble que un día puede fallar. Los caprichos de degenerados que se tiran por el balcón, o tiran algo, crecen y las fiestas estúpidas bañadas en alcohol, se extienden. Pero, claro, nos acostumbran porque esto va camino de Las Vegas europeas que ya quizo hacer el PP en Madrid, y eso se quiere y se terminará por hacer. No hay una política vertebrada ni vertebradora. Solo lo que quieran hacer… los amos.
Ni siquiera los padres de menores protestan seriamente y a fondo, por algo serio, no sea que les vayan a aislar, del trabajo, de sus círculos. Que se follen las cabezas y los cuerpos de sus críos como antes lo hicieron algunos curas y nadie salió a cortar pollas, la verdad… Disculpen que esté tan enfadada, pero el aire es ya viciado hasta los topes, e hipócrita a más no poder.
Dijo Musil en “El hombre sin atributos” que “la realidad surge de no hacer nada por las ideas”. Y hemos dejado aniquilar éstas, o casi. Y dice que “la despreocupación es diez veces mas peligrosa que la acción”. Menos mal que añade que «la historia se forma prescindiendo de los autores y no surge de un centro sino de la periferia. Por causas de poca monta». Ojalá se monte, nos pongamos a parar este casos de ruido, asco y miseria moral, desconexión de políticos y medios a su servicio, de la realidad y ellos, los del poder, que asoman su miedo, no puedan ir a más.
No es el fin de la historia que esos tipos corruptos nos quieren imponer. Ánimo pues, pese a los males que crecen como pelos de hidra y no logramos detener desde que han logrado meter a los revoltosos en nuestro gobierno. La cosa no pinta muy bien y la calle pese a que ruge, no muerde y en tantos casos, todos entrelazados y sin los cuales nada…, calla.
No han de ganar, no vamos a ver blanco lo negro, no real lo irreal, aunque perdamos pie, levantamos el propósito y eso es hacer… Dice el profesor Karagánov, del Consejo de Política Exterior y Defensa, la principal organización de política exterior pública de Rusia, que “el delirio de masas está impidiendo que la razón regrese a Occidente” y es que restaurar el sentido común es vital; dice, y es verdad, que hay un “parasitismo estratégico por parte de las élites occidentales”, que el nivel intelectual de las mismas ha caído “debido a los cambios en los estándares morales y el deterioro del sistema educativo superior”. Habla también de “una clase política de mentalidad estratégica”, gente que no dirige el teatro y del “deterioro cognitivo”, “los delirios patológicos” y “la falta de voluntad” ( inducida, creo yo), para enfrentar la realidad. “La gente se ha acostumbrado a las imágenes perturbadoras en sus pantallas, que las toman por realidad”.
Así no se ve, pese a soportarlo en las espaldas, es decir, no se quiere reconocer, la exclusión social y pobreza galopante que nos afecta ni otros males de desnorte (en cada casa no ligada a la mamandurria y que no sea de los arrimados al Régimen y sus ultra defensores, del Rey pa abajo…, e incluso en éstas, incluso en la Casa regia (dicen los enterados) hay ya un problema instalado y con vocación de “para quedarse”).
CNN, un medio de ellos, como la mayoría, denunciaba hace unos días el problema creciente de la enfermedad de hígado graso (que puede ser mortal) a la infra comida en Latam, a la inseguridad alimentaria. Pero es que eso no solo pasa allí, sino también aquí, en nuestras ciudades y con una generación que bebe y lee y ve y come comida basura proporcionada por los amos.
Los viejos como Marisa Paredes, nos curramos la lucha y curramos, sí. La cuestión es qué realidad, qué sanidad, qué curros, qué vida, qué jubilación, qué salud mental, qué hígado, van a tener nuestros jóvenes y los que los sigan, nuestros nietos, ante el despelote de este fascismo mundial financiado y programado y puesto otra vez a matar, y este conductismo de ingeniería social.
No hay políticas, solo miradas al ombligo de imbéciles que acaparan sillones y lo único que nos queda a los que tenemos memoria y referentes y hemos hecho y luchado y lo seguimos haciendo, es acompañar a las nuevas generaciones para entender, concienciar y seguir la lucha. Sin rendirnos.
*Enriqueta de la Cruz es escritora y periodista
Debe estar conectado para enviar un comentario.