
El segundo enclave ofrecido desde el Gobierno madrileño a las personas que viven en la calle ya está saturado. Si alguna de las 150 personas que ocupan todas las plazas presenta síntomas compatibles con el coronavirus es aislada en los vestuarios. Los trabajadores y CNT denuncian irregularidades surgidas por la externalización de servicios, aunque desde el Ayuntamiento defienden esta decisión dadas las circunstancias. La empresa defiende que cumplen con todos los protocolos.

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