El recibimiento francés a los hombres y mujeres, refugiados, que comenzaron a llegar a consecuencia de la guerra del 36 española no es el cuanto de hadas que, en ocasiones, ha pretendido venderse.

Campos de concentración (hay quien los ha llegado a llamar «de acogida», en ese cinismo – huida hacia adelante tan habitual en según que historiadores) sin las mínimas condiciones no sólo higiénico – sanitarias, sino, incluso, de abrigo frente a la climatología. Las narraciones acerca de lo que pasaba en GURS con esos barracones hechos a base de madera sin secar, o en las playas orientales de Francia en las que el suelo era la arena y faltaba alguna pared, son, simplemente escalofriantes.
En el cementerio cercano, más de 1.000 tumbas. Varias decenas de republicanos españoles y brigadistas internacionales.El CRMAHU visitó el campo el 26 de Abril del 2014, en actividad organizada por la Universidad Ciudadana de Huesca y que contó con Michel Latre y José Castejón como guías. La crónica puedes verla, pulsando AQUÍ.
Reedición de la vergüenza. 30 de Abril del 2017.
Semanas antes de la fecha en cuestión, se recibe en el CRMAHU e-mail firmado por Raymond Villalba, «Olorón. Terres de memoria(s) y luchas», en el que se nos invita / convoca a La Jornada Nacional de homenaje y recuerdo a las víctimas y héroes de la deportación en dos actos y lugares diferentes. En Olorón a las 10:30 y en el Campo de (concentración, y preexterminio) de Gurs a las 15:30 horas.
El CRMAHU acuerda mandar una pequeña delegación al acto. También desde Huesca parten Sandra y Miguel en visita personal; como lo hacen, desde Saint Gaudens, Chantal , Sylvain y Fabrice.
Poco antes de la hora inicial estamos en el pequeño recinto de acogida cuando un hombre (autoidentificado como el alcalde de GURS, Michel Forcade) se nos acerca mascullando una letanía (Pas de drapeaux, pas de drapeaux) conminándoos a plegar las banderas republicanas. Por allí pulula Villalba que se limita a mascullar unas torpes excusas, incapaz de exigir el respeto mínimo a un símbolo como la enseña tricolor.
«La situación en Francia es así, aquí es difícil portar ese emblema…», balbucea provocando la respuesta inmediata de Sandra que, en un gesto que la honra, decide abandonar este paripé oficialista al que se nos ha traído engañados, y marchar de vuelta junto a Miguel.
Nadie da una respuesta coherente al veto. Que si es un acto oficial, que si a los alemanes no les gusta (?), que si alguien gritó un viva republicano y el prefecto prohibió desde ese día gritos y banderas (si llega a prohibir estornudos habida cuenta de los chubascos racheados de hoy, acabamos en comisaría), que si están fuera de lugar las banderas de la libertad…
Quizás el que nos ha invitado al acto de hoy debía entender que los que nos movemos en este mundo de la memoria sin ánimo de lucro personal o especulaciones políticas, no aceptamos composturas afectadas ni sumisiones a capitostes de opereta.
Michel Forcade, el alcalde colaboracionista censor, inicia una breve salutación («Je suis desolé», repite hasta la saciedad hablando del tiempo) ante la mirada inquisitiva de dos mujeres republicanas que lucen, desafiantes, tricolores a modo de foulard y exhiben sendas camisetas con los colores republicanos a poco más de un metro del personajillo. Que la vuelve a cagar el muy torpe cuando, tras el saludo en alemán, se excusa por no tener traductor de español, siendo interrumpido por una mujer que lo hace.
Terminado el patético sainete, y antes de la ofrenda a unas víctimas y la ocultación de otras, la delegación del CRMAHU parte, no queriendo formar parte, ni como floreros siquiera, de esta burla.
NOTA:
No hay juicio alguno de valor, ni información objetiva alguna en este escrito hacia la delegación oficial de Huesca. Tampoco hacia la oficiosa.




