El recibimiento francés a los hombres y mujeres, refugiados, que comenzaron a llegar a consecuencia de la guerra del 36 española no es el cuanto de hadas que, en ocasiones, ha pretendido venderse.

Campos de concentración (hay quien los ha llegado a llamar «de acogida», en ese cinismo – huida hacia adelante tan habitual en según que historiadores) sin las mínimas condiciones no sólo higiénico – sanitarias, sino, incluso, de abrigo frente a la climatología. Las narraciones acerca de lo que pasaba en GURS con esos barracones hechos a base de madera sin secar, o en las playas orientales de Francia en las que el suelo era la arena y faltaba alguna pared, son, simplemente escalofriantes. Seguir leyendo El campo de la vergüenza de GURS