Los sin techo imrpovisan «viviendas» con tiendas de campaña en pleno centro de San Francisco, una de las ciudades más ricas de EEUU
Nada más llegar me enamoro, he de reconocerlo, tengo ansias por ver más, quiero comerme la ciudad, abarcarla, subir y bajar sus empinadas cuestas, pisar el puente naranja y el otro de Embarcadero, el puente de La Bahía, que en realidad descubro que me gusta más, que es el que añoraba, esperaba ver. Se va levantando la mañana en San Francisco.