Los reyes han cerrado su visita a Santiago en el Pazo de Raxio, sede del Ayuntamiento compostelano, después de pasear por algunas calles del centro histórico y atravesar la Plaza del Obradoiro, que ha dejado una imagen insólita al estar vacía tras prohibirse el acceso al público.
En una jornada que suele reunir a miles de gallegos y turistas en torno a la catedral, la pandemia ha marcado la festividad del 25 de julio, que en esta ocasión ha visto como la emblemática plaza ha permanecido desierta durante la visita real.