
El monumento a las 13 Rosas Rojas de Móstoles, situado en un lugar tan apartado como desprotegido, vuelve a ser objeto del vandalismo ultraderechista un mes después del último ataque.
Septiembre de 2019, mayo de 2020 y, nuevamente, junio de 2020. El vandalismo fascista se sabe impune en Móstoles y por eso actúa cada vez más a menudo. Pero lo sigue haciendo fiel a su naturaleza cobarde y vengativa: cebándose en sus víctimas. Por eso su objetivo favorito parece estar en el pequeño monumento a las 13 Rosas Rojas asesinadas por el fascismo en 1939, que el Ayuntamiento situó entre la espesura de un parque mal iluminado y completamente desprotegido a las fueras del municipio.
El fascismo crece en base a la impunidad con que se encuentra. Prueba de ello es su parasitación de las instituciones democráticas que aspiran a corromper y destruir, por eso ningún ataque fascista quedará sin respuesta popular en este municipio. Móstoles siempre será un pueblo obrero y antifascista.
Mientras esperamos (sentados/as) que el gobierno local se decida a garantizar la seguridad de los monumentos a nuestra maltratada memoria democrática, no tenemos más remedio que agradecer al fascismo su empeño por que el nombre de sus víctimas (mil veces más honorable que el de sus verdugos, a quienes nadie recuerda) no sea borrado de la historia gracias, precisamente, a estos rabiosos y desesperados ataques.
Siempre en nuestra memoria:
Adelina García Casillas (19 años)
Ana López Gallego (21 años)
Blanca Brisac Vázquez (29 años)
Carmen Barrero Aguado (20 años)
Dionisia Manzanero Salas (20 años)
Elena Gil Olaya (20 años)
Joaquina López Laffite (23 años)
Julia Conesa Conesa (20 años)
Luisa Rodríguez de la Fuente (18 años)
Martina Barroso García (24 años)
Pilar Bueno Ibáñez (27 años)
Victoria Muñoz García (18 años)
Virtudes González García (18 años)