
La situación política de la Comunidad de Madrid, dominada por disoluciones parlamentarias basadas en intereses partidistas, mociones de censura instrumentales y elecciones forzadas según hojas de ruta de la derecha más ultra en décadas, debe ser motivo de gran preocupación.
El Régimen del 78 no es capaz de garantizar ni siquiera el funcionamiento mínimamente democrático de sus instituciones representativas, que han quedado reducidas a meros engranajes de los partidos políticos en al servicio de sus negocios privados. El pueblo es mero espectador.
Únicamente a través de una democratización radical del país, desde la jefatura del Estado hasta el último ayuntamiento, de la judicatura, las fuerzas de seguridad y las relaciones internacionales, a través de la República, podremos decir que España es un país digno de su pueblo.
La Tercera República no es simplemente un cambio estético, es toda una transformación de modelo político y social basado en los principios de la igualdad, legitimidad y solidaridad entre ciudadanos libres e iguales. La Tercera República ya no es una opción, es una necesidad.
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