
En la mañana del 27 de septiembre de 1975 (ahora se van a cumplir 45 años) seis voluntarios del servicio de información de la Guardia Civil llevaron a cabo la ejecución por fusilamiento de Juan Paredes Manot en un claro del bosque junto al cementerio barcelonés de Sardañola del Vallés. Su jefe superior, como gobernador civil de la provincia, era Rodolfo Martín Villa, que había llegado al puesto en 1974 después de una larga trayectoria como falangista al frente de diversos sindicatos fascistas dentro de la estructura sindical del franquismo. Seguir leyendo La transición frente a la justicia universal, por JESÚS RODRÍGUEZ BARRIO













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