Entre los participantes de la marcha se encontraban los detenidos esta semana, entre ellos el portavoz de Sortu en Navarra, Txelui Moreno, o la parlamentaria de EH Bildu Bakartxo Ruiz
Varios cientos de personas han secundado hoy una manifestación convocada en Burlata tras la detención y puesta en libertad esta semana de varias personas a quienes la policía acusa de presuntas calumnias por realizar un mural en contra de la tortura.
IRUÑEA. La iniciativa, convocada por los cinco miembros navarros de Ekin juzgados en el caso Aztnugal, en cuyo apoyo se pintó en Burlata el mural, ha salido de la plaza del Ayuntamiento de Burlata y recorrido varias calles de la localidad, incluída la que muestra el mural objeto de la denuncia, ante el que hoy se había colocado un muñeco sentado en una silla y con una bolsa en la cabeza.
Entre los participantes de la marcha se encontraban los detenidos esta semana, entre ellos el portavoz de Sortu en Navarra, Txelui Moreno, o la parlamentaria de EH Bildu Bakartxo Ruiz.
De nuevo en el punto de partida, se ha leído el manifiesto presentado hace una semana, antes de estas detenciones, y que firmaron personalidades de ideología diversa en contra de la tortura, como políticos, juristas, filósofos y víctimas de la violencia de ETA.
Rosa Lluch, hija de Ernest Lluch, y Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaina Joseba Goikoetxea firmaron el manifiesto junto con la presidenta del Parlamento foral, Ainhoa Aznárez, el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, el presidente de la Federación del colegio de abogados de Europa, Nazario Olega, o la exvocal del Consejo General del Poder Judicial Margarita Uria.
También el músico Lluis Llach, el actor Sergi López, el escritor Suso del Toro figuran, junto con representantes de diferentes formaciones políticas y sindicales, entre los firmantes del escrito.
Todos ellos exigen «eliminar el régimen de incomunicación que posibilita la práctica de la tortura» y piden el «establecimiento de mecanismos para hacer imposible la práctica de la misma».
Además demandan el «cumplimiento de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes» de las Naciones Unidas que el España suscribió y publicó en el BOE en 1987.
Fuente: DEIA