Convocada por la Plataforma Estatal de Educación Pública con la adhesión de diferentes colectivos (entre otros Podemos e IU), la jornada de huelga en la educación del 9 de marzo se saldó con un importante seguimiento en las aulas y en las calles. En las aulas -y por más que desde la Junta como de costumbre minimiza la participación con un 35% de no asistencia entre el alumnado segoviano y un 10,2% entre los docentes- lo cierto es que hubo clases donde se llegó al 95% de no asistencia y el seguimiento fue masivo, especialmente en bachillerato. No así en la universidad, donde siguiendo la pauta de hace ya algunos años, apenas se notó.
La Lomce sigue suscitando una amplia contestación. En esta ocasión, y además de la derogación de la polémica ley, la plataforma quiso poner el énfasis en los recortes de plantillas -según fuentes sindicales, las restricciones en la cobertura de plazas por jubilación se han llevado 30.000 docentes- así como en la reducción de becas.
En las calles, éxito absoluto. Sobre 700 manifestantes según la policía local participaron en la concentración del Azoguejo y posterior marcha hasta la subdelegación de Gobierno con lectura de manifiesto en la plaza. Fue una manifestación colorista, con los huelguistas organizados por centros y el megáfono pasando de mano en mano a los diversos portavoces de cada “clan” a modo de macro-asamblea bajo el Acueducto. “Os digo una cosa -largaba un veterano sindicalista- desde los tiempos de Franco he estado en todas las manifestaciones… ¿y sabéis qué? Siempre se consigue algo”. Y también debutantes. Nico, de cuarto de Primaria: “Me gusta mucho la escuela pública, porque se aprende mucho aquí y muchas gracias por venir”. O chinos, otro elemento ya clásico en las “quedadas” ante el acueducto. Turistas cámara en mano contemplando sin pestañear el espectáculo. A este paso, la Lomce se hará planetariamente impopular.