Vitoria 3 de marzo nos muestra, tal y como fue la masacre ordenada por Rodolfo Martin Villa, quien estaba entonces a las órdenes de Manuel Fraga Iribarne.
Pero siendo ellos los culpables de las muertes, pues ocupaban altos cargos en el organigrama del Gobierno, el culpable último es el Rey como jefe del Estado, al cual podemos oír jurando los principios Fundamentales del Movimiento con total complacencia. Ese es el drama de ayer y de hoy. Una jefatura de Estado heredera y sucesora del franquismo, una tapadera para continuar con la farsa, como bien dice el fiel lacayo de la patronal Eduardo, “cambiemos algo para que todo siga igual”. Pues en esas seguimos.
La película tiene una extraordinaria fuerza narrativa que explica tantas características y condiciones de la negación española, porque es la fuerza fílmica de una narración sin concesiones, lo que brilla con luz propia en ésta cinta. En la misma se refleja el menosprecio de las clases dirigentes al pueblo, los retratos de Franco en el despacho del Gobernador Civil y la bandera franquista, etc. Detalles que nos dicen a las claras cual era y es la intención de unas élites acomodaticias.
Nada que añadir sobre unos hechos trasladados con fidelidad a la pantalla. Imagen y sonido resultan contundentes como si hubiesen ocurrido hoy, cuando más de una veintena de miembros de la misma extrema derecha de entonces, que en aquellos años intentó seccionar con muertes y asesinatos, la no nacida democracia española, recogen sus actas de diputados del Congreso.
Estamos contemplando exactamente qué ocurrió con los obreros encerrados en asamblea en la iglesia, cuando las fuerzas del orden recibieron la orden de sacarlos de allí a cualquier precio. Un aumento de 5.000 pesetas, valió unas cuantas vidas humanas que ni entonces, ni ahora, han recibido Verdad, Justicia y Reparación y por tanto, ni siquiera pueden tener garantía alguna de no repetición.
Vitoria 3 de marzo, no puede dejar indiferente ni a los que conocen los hechos narrados, ni a las nuevas generaciones que ignoraban la historia reciente de nuestro país, en definitiva, un auténtico peliculón.
Posteriormente tuvo lugar un debate, en el cual contamos con Nicolás Garminde profesor de Formación Profesional, con José Antonio López ex Secretario Provincial de CCOO en Segovia y actuó de moderador Juan Martínez del Colectivo Republicano Antonio Machado. El mismo estuvo centrado en la lucha obrera como camino para conseguir mejoras en las condiciones de vida de la clase trabajadora, como también en el papel actual de los sindicatos en la actualidad. También se trató tema del franquismo que perdura en las instituciones a pesar del tiempo transcurrido y de la necesidad de una ruptura democrática, sin la cual no se podrá cambiar muchas de las carencias de la sociedad en la que vivimos.
La próxima película será “Benvidas ao club” de la directora Carmen PG Granxeiro, el miércoles 19 de febrero a las 19:30 horas en la Sala Julio Michel (La Cárcel – centro de Creación). Al finalizar la misma tendrá lugar un debate sobre la misma. Recordar que la entrada es libre hasta completar el aforo.
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