Del 1 de octubre de 2015 hasta el 10 de enero de 2016, el Museo del Prado ofrece una magnífica exposición sobre el pintor Luis de Morales (1510?-1586?). Bajo el título El Divino Morales, el Prado expone 54 de sus obras, agrupadas en cinco secciones: Iconos perdurables; Del dulce pintar. En torno a la Virgen y el Niño; Pintura para muy cerca. Imágenes de Pasión y Redención; Narraciones complejas: los retablos y, finalmente, san Juan de Ribera y la espiritualidad de la Contrarreforma.
La exposición nos permite contemplar las obras más representativas de este extraordinario pintor, eclipsado por la excepcional figura de El Greco, pero dotado de unas cualidades técnicas notables. Denominado el Divino por su predilección por los temas religiosos, Luis de Morales muestra influencias flamencas e italianas, aunque las sintetiza en un estilo original caracterizado por una cuidada factura, los fondos negros, el carácter escultórico de sus composiciones y la intensidad espiritual de sus personajes.
“La Virgen de la leche, “Ecce Homo” o la “Virgen del pajarito” son algunas de las obras que muestran el talento de este pintor extremeño del que no conocemos exactamente las fechas de nacimiento y muerte, y de quien tampoco tenemos datos fidedignos sobre su formación artística, si bien el historiador Gaya Nuño admite tres etapas en su trayectoria creativa: Sevilla, Portugal e Italia.
Con esta retrospectiva, el Prado contribuye al conocimiento de uno de los grandes pintores renacentistas de nuestro país, que disfrutó de gran fama en su época, así como de éxito comercial. El tratadista y pintor Antonio Palomino (1655-1726), refiriéndose a Luis de Morales, escribió:
Fue cognominado el Divino, así porque todo lo que pintó fueron cosas sagradas, como porque hizo cabezas de Cristo con tan gran primor y sutileza en los cabellos, que al más curioso en el arte ocasiona a querer soplarlos para que se muevan, porque parece que tienen la misma sutileza que los naturales.
El Museo Thysssn, por su parte, ofrece una exposición sobre el genial pintor noruego Edvard Munch (1863-1944), que estará abierta al público desde el 6 de octubre de 2015 hasta el 17 de enero de 2016. Reproducimos a continuación algunas frases de la página web del museo:
El recorrido de la exposición reúne un amplio catálogo de arquetipos emocionales y obsesiones existenciales del hombre contemporáneo, como melancolía, amor, deseo, celos, ansiedad, enfermedad, o muerte. Las nueve secciones en las que está subdivida se articulan alrededor de la representación de la figura humana en diferentes escenarios, como la costa, la habitación del enfermo, el abismo, la habitación verde, el bosque, la noche, o el estudio del artista; y en cada una de ellas se combinan obras tempranas y versiones tardías, pinturas y obra gráfica para subrayar la circularidad temática de la producción de Munch. La radicalidad de su lenguaje plástico se revela a su vez en el juego entre las formas planas y sinuosas, en la deformación expresiva del cuerpo, en el color simbólico, o en la utilización de texturas y técnicas experimentales de grabado, con lo que Munch exploró las relaciones entre los signos externos del mundo físico y la dimensión espiritual oculta de la realidad.
Aunque no tendremos ocasión de ver El Grito, quizás su obra más famosa, podremos admirar una amplia y representativa selección de pinturas que abracan desde 1881 hasta 1935. Una ocasión única para admirar a uno de los grandes maestros de la pintura expresionista.
Animamos a todos los afiliados de la Federación Republicanos y a todos los lectores de La Republicana a que acudan a estas dos extraordinarias exposiciones.