Imágenes televisivas nos devuelven un pequeño aunque escalofriante bosquejo de lo que está pasando en Gaza: el exterminio de un pueblo ante los ojos y la indiferencia o impotencia del resto de los pueblos para detenerlo. Pero no es exactamente así: el genocidio de Gaza está poniendo en evidencia el abismo existente entre los pueblos movidos por ese profundo sentido de fraternidad, siempre presente, y la sociedad de los elegidos como representantes y gestores.
En estos días de eventos y celebraciones como la victoria aliada contra el nazismo criminal, con la participación inestimable de la Unión Soviética, nunca se olvide; en estos tiempos en que sigue criminal el Genocidio en Gaza, con crueldad máxima y hambruna intolerable, en que los ciudadanos europeos se levantan en protesta masiva por este horror, contra este espeluznante y antihumano horror, y se levantan igual en múltiples protestas añadidas ante otras formas de matarnos a otros millones de ciudadanos: pérdida de músculo y financiación y recursos y decencia con consecuencias nefastas para nuestra salud: por una Sanidad Pública potente y no decadente, por la Enseñanza de calidad, pública, por techo y trabajo, por pan y cultura…, estos “panaderos” del XXI, hijos de los “panaderos” llevados a París y que intentaron huir en la noche de Varennes, “grandes putos y putas del capital, de su estómago e intereses corruptos” (como los denomina un conocido de ellos), siguen burlando la justicia y la paz.
Felipe VI y su consorte Letizia han viajado este domingo a Austria, al campo de concentración de Mauthausen, en el 80º aniversario de su liberación. Entre 1940 y 1945, 7.251 personas —en su mayoría exiliados tras la Guerra Civil— fueron recluidos en Mauthausen y en su campo anexo, Gusen. De ellos, más de 4.500 murieron en condiciones extremas, víctimas del hambre, los trabajos forzados, los experimentos médicos y la brutalidad del régimen nazi. En el paseo, tuvieron que escuchar varios «Viva la República» y «España, mañana, será republicana» ante la mirada de los guardaespaldas de los borbones.
Alarmado por el miedo a la ruina mundial como si fuera un inversor cualquiera e incapaz de acertar sobre el futuro como cualquier experto, todos o casi, de los que no se enteraron de la crisis económica mundial que se desataría en 2008, y eso que Trump no presidía los USA, decido ceñirme a números reales y preguntarle a Google por los avances de la palabra “Trump” en Internet tras pisar el acelerador de los aranceles. Me responde, hago los cálculos oportunos y el resultado es que don Donald, en el “último mes”, ha conseguido multiplicar por más de 6 veces la media mensual de sus resultados en los once anteriores.
“—Pero ¿usted se da cuenta de lo que puede hacernos ganar la guerra en este caso? ¡Millones, hombre, millones!… ¡No es un juego de niños, Iturdiaga!…” “ …a lomos del negro fantasma de la guerra que volaba sobre los campos de Europa…”Nada (1945), Carmen Laforet (1921-2004)
El golpe de Estado en Ucrania, propiciado por los USA en 2014, desencadenó la persecución y el asesinato sistemático de su población rusófona. Tras ocho años de guerra civil en la región del Donbás, la Federación de Rusia inicia en febrero de 2022 la ilegal invasión de Ucrania, provocando la inmediata intervención de los USA mediante sanciones económicas, sabotaje terrorista del gaseoducto de suministro de gas a Europa y apoyo logístico de la OTAN.
El panorama tras las elecciones europeas, falsas de por sí porque el Parlamento no cuenta nada y la Comisión está mandada por lobbistas y no por votantes, es desolador.
Cuando pase la resaca de los que se quedan con la boca abierta como si se sorprendieran o porque son bobos y no se enteran ni trabajan por enterarse, recomiendo una novela: “Bella del Señor”, antigua pero vigente y una serie: “Parlamento”. Como el Sistema exhibe sin pudor lo que hace y cómo la lía, ahí nos dejó, en esta serie, una muestra.
No parece que Sánchez vaya a dimitir salvo que se lo hayan requerido desde el teléfono rojo, que precisamente no es el teléfono de Lenin, sino el de los contrarios.
Por eso, la carta de nuestro presidente suena más a amarre de amor con sus electores y base ante las exigencias del Imperio, las actuales y las por venir, que él ya conocerá. Y un amarre no es un amor natural, que nace solo, o por comportamiento satisfactorio: es una trampa. Y las trampas se hacen cuando prevalece el “yo” y no el “todos” y el “vosotros”. Y algo le traiciona el inconsciente en eso cuando nos habla de un amor privado y no del que nos debe tener a los representados.
Tras la guerra de Troya, Ulises emprendió el regreso a casa. Entendíamos que eso harían los partidos de izquierda o lo que de ellos quedaba (en algunos casos, como es el del PSOE, claramente poco y/o pocos). Entendíamos que habían firmado lo que pudieron pero que eso no sería un cheque de rendición y en blanco para siempre al aparato nuclear franquista y de añadidura, al imperio capitalista con una penetración consentida.
Un silencio de muerte recorre ya muchas ciudades de Gaza entre cuyas ruinas solo flota la culpa, la inmensa culpa que no se borrará por siglos, la culpa de ese mundo que, por segunda vez, por no levantarse contra la barbarie, está permitiendo que las muertes se cuenten por decenas de miles, que otras tantas vidas estén dejando de ser tales mientras los pulmones inhalan el sucio aire contaminado por el estallido de las bombas que, noche y día, caen sin importar el objetivo. Movidas realmente por un único propósito: la muerte y el exterminio.
Injusticia, desigualdad y pobreza son los tres pilares sobre los que se apoya ese escalofriante número de muertos que ha producido el último terremoto en Marruecos. La causa de ese horror no se explica desde el hecho natural de un tremendo terremoto que ha convulsionado las entrañas de la tierra en una zona que se sabe de alto riesgo y donde no era tampoco la primera vez que ocurría. La causa del desastre humano está en el propio ser humano, en esta sociedad impía, injusta y tan profundamente desigual. Dónde los que más tienen padecen la enfermedad de querer tener más hasta límites incontrolables, movidos por una total ausencia de fraternidad, de compasión, y un exceso de indiferencia, de crueldad.
Se cumplen en este mes de agosto tres aniversarios de la represión franquista: fusilamiento de Federico García Lorca (18 de agosto de 1936), matanza de Badajoz (14-15 de agosto de 1936) y fusilamiento de las “Trece Rosas” (5 de agosto de 1939). Los tres hechos se explican a la luz de los objetivos que perseguía el golpe militar de julio de 1936 y la guerra civil que desencadenó la sublevación.
«Tanto Pedro como Yolanda son el mismo sonriente perfil del Sistema, hasta que demuestren lo contrario con acciones contundentes, solucionadoras, que permitan vivir a los ciudadanos como ellos aceptarían para sí y los suyos como vida digna, mínimamente digna siquiera. La democracia, su concepto, exige gobernar para el pueblo y todos los que conforman ese pueblo, emigrantes incluidos, por supuesto.»
La apuesta de Pedro Sánchez por Yolanda Díaz como aliada preferente tiene como objetivo prescindir de la componente republicana y ajena al Régimen que se ha atribuido —de forma exagerada— a Podemos. La candidatura de Yolanda Díaz se llama sarcásticamente Sumar cuando se trata de una escisión.
Llegan las elecciones, las más fáciles y las más difíciles desde la Transición. Fáciles en cuanto a no dar a esta ola de calor más grados, descartar absolutamente a quienes ni siquiera debieron estar jamás en el Parlamento, en Ayuntamientos, en la contienda electoral, en el juego democrático cuando practican políticas abiertamente fascistas, de rapiña de poco a poco de la libertades. Y había modos de evitarlo. Los hay. No se quiere, así parece. A Hitler se le dio poca importancia y luego tuvieron que pararle los pies, ya sabemos cuántas vidas costó.
Los acontecimientos de las últimas semanas hacen reflexionar. En primer lugar, la insistencia en utilizar esa poderosa arma de guerra, tan operativa, que es la desinformación, que está batiendo todas las marcas, pero que es consustancial a la guerra, es una metralleta más. Desde los tiempos en que desde La Avenida de la Publicidad neoyorkina nos vendían refrescos y lavadoras, y aún había escrúpulos a la hora de, para vender productos, publicitarlos, por ejemplo, mediante los anuncios subliminales, ha llovido mucho; incluso desde los tiempos de los primeros experimentos de ingeniería social para modelar el mundo a los intereses del capital.
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