El Consejero de Sanidad madrileño, Jesús Sánchez Martos, reprobado la semana pasada en la Asamblea de Madrid con los votos de Podemos, Ciudadanos y PSOE, tiene una singular hoja de servicios previa a su nombramiento, y algunos datos poco claros en su currículum. Sin embargo, la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, ratificó su confianza en él tras la reprobación.
Las dos primeras frases de su CV que figura en el Portal de la Comunidad de Madrid, señala que es Especialista en Medicina y Salud Laboral, y en Prevención de Riesgos Laborales. ambas especialidades no existen dentro del Catálogo Español de Especialidades Médicas.
Con una extensa carrera dedicada a la comunicación de temas sanitarios en diversos foros y medios, comenzó como enfermero en el Hospital Niño Jesús antes de ingresar a trabajar en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, donde establece relaciones con personas del entorno de Cristina Cifuentes: el exrector Gustavo Villapalos -que también fue consejero de Educación de la Comunidad de Madrid con Alberto Ruiz-Gallardón y tuvo a Dionisio Ramos (amigo íntimo de la actual presidenta regional) de vicegerente. Durante su mandato como consejero, Villapalos nombró al marido de Cifuentes, Javier Aguilar, director general de Patrimonio en la Comunidad de Madrid.
Hoy, Sánchez Martos se mantiene como profesor de la asignatura Enfermería Comunitaria III, Educación para la Salud, del Grado de Enfermería en la UCM. Para el curso 2017-2018, aparece como profesor junto a Carmen Gamella Pizarro, pero no impartirá clases.
Es también patrono de la Federación Española de Nutrición (FEN), promovida por empresas de la industria como Campofrío, Carretilla, Coca Cola, Mac Donald’s, Telepizza, embutidos Tello, o enlatados Isabel. En la web de la federación, Sánchez Martos tiene un currículum que destaca dos premios: el Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina de la UCM (1984), y el Premio Nacional de la Asociación Profesional Española de Informadores de Prensa, Radio, Televisión e Internet (2012). Respecto al primero, no ha sido posible encontrar registros en el portal de la UCM. Consultada la universidad, no proveyó tampoco de dichos registros.
En la web de la Complutense, de hecho, las siete referencias de bibliografía de él que aparecen en la biblioteca de la Facultad de Enfermería, cinco de ellas fueron escritas junto a Carmen Gammella Pizarro. El otro es una carta al director, y el otro un artículo sobre «Habilidades de comunicación como herramienta de éxito personal».
Círculo de influencia
Aunque su carrera se labró en base a sus dotes de comunicación, su tesis doctoral, de 1989, fue sobre un tema bioquímico: «Papel del factor natrurético en la diabetes mellitus». Fue dirigida por Arturo Fernández-Cruz y calificada en 1989 como «Apto Cum Laude por unanimidad» por un tribunal presidido por Alfonso Moreno González y con otros cuatro miembros: Mariano Jiménez Casado, Juan Beneit Montesinos, José López Novoa y Manuel Luque Otero.
En 1992, con Gustavo Villapalos como rector de la UCM, Sánchez Martos fue presidente de un tribunal de concurso para una plaza de Enfermería, y su suplente en dicho tribunal fue Juan Vicente Beneit Montesinos, miembro del tribunal de la tesis del propio Sánchez Martos y actual director de la Clínica de Podología de la Facultad de Enfermería
Es un ejemplo de cómo muchos nombres del círculo de la Facultad de Enfermería -que en marzo de 2017 entregó la Medalla de Oro a Cristina Cifuentes- forman parte de un importante círculo de influencias.
Por ejemplo, Alfonso Moreno González, el presidente del tribunal de la tesis de Sánchez Martos, fue presidente del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud (CNES) -depende del Ministerio de Sanidad- durante unos 20 años, incumpliendo la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) que impone un máximo de dos mandatos de cuatro años. Además, era presidente al mismo tiempo de un ‘lobby’ farmacéutico, lo que constituiría una incompatibilidad, según informó El Plural.
Una tesis que «no vale»
Ante una tesis doctoral cuyo tema parece corresponder a un área que no es precisamente la del desarrollo profesional del autor, dedicado sobre todo a aspectos relacionados con la educación de la salud, un facultativo que solicitó mantener su identidad en el anonimato dijo a bez.es que «da la sensación de tratarse de una tesis ‘encargada’ por el firmante de la misma, aunque obviamente puede no ser el caso».
Lo que sí señaló el médico es que «el valor de la tesis es muy cuestionable, básicamente por el material y método empleado: el tamaño muestral y los métodos estadísticos utilizados son inapropiados».
«Se estudia una muestra de 7 controles, 22 diabéticos tipo I y 7 diabéticos tipo II. Los grupos de controles y diabéticos tipo II son extremadamente pequeños por lo que no pueden ser usados con los fines propuestos (representar los sujetos normales y los que tienen una patología determinada)», señaló el médico.
Según este médico, «en congruencia con lo anterior», las pruebas estadísticas utilizados tampoco son las adecuadas. «Se usan test paramétricos (t de Student) que exigen una distribución normal de los datos (lo que no se evidencia en texto porque precisaría hacer el test de Kolmogorov-Smirnov para comprobarlo, lo que no se ha hecho). Por ello las diferencias que se señalan entre los grupos no están demostradas, con lo que se invalidan todos los resultados y las conclusiones», señaló.
«Consecuentemente, de la tesis no se ha producido ninguna publicación que se detecte en el Pub Med (el buscador de publicaciones médicas), ni del autor ni de nadie del grupo en el que participó», agregando que las dos que se encuentran son una evaluación de la fiabilidad del autoanálisis en diabetes y otro sobre las calcificaciones en pechos y mamografía.
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