Investidura, elecciones… ¡¡RUPTURA!!, comunicado de Fed. de Republicanos


La fallida investidura era algo más que previsible: el corrupto estado monárquico y sus peones al servicio de los grandes oligarcas y terratenientes, han dejado en evidencia sin quererlo, la grave crisis que atraviesa la monarquía: crisis orgánica, institucional, económica, política y social. Desde el corsé monárquico es imposible que se den soluciones a los acuciantes problemas que los trabajadores y masas populares padecemos como hemos denunciado reiteradamente.

El esperpento de investidura ha llegado al final de su último acto dejando claro lo que significa la monarquía para nuestro pueblo: la ineficacia del sistema en dar solución a los graves problemas del país, agravándolos aun más, pero dónde los ricos se hecho más ricos y la pobreza extrema ha aumentado a niveles alarmantes; una corrupción sistémica generalizada; medidas cada vez más regresivas contra todas las clases populares y, en especial, de la clase obrera, un aumento de la represión a todos los niveles…

Cuatro elecciones generales en cuatro años, siete visitas de los candidatos al monarca, tres investiduras, dos mociones de censura y más de mil millones de euros tirados en convocatorias electorales, dibujan muy bien cómo los políticos defensores del régimen han acrecentado la enorme cloaca que ya era la monarquía impuesta por el franquismo. Los mecanismos de la burguesía española y sus concomitantes por lavarle la cara han fracasado estrepitosamente a todos los niveles.

La abdicación de Juan Carlos I (obligada por golfo, mujeriego, comisionista y garante del postfranquismo) y la entronización de Felipe VI “el preparao”,  fue la maniobra para una segunda transición que consolidara al deteriorado sistema monárquico frente al auge de las luchas populares. Lejos de afianzarlo y pese a los denodados esfuerzos de partidos populistas y reformistas que venían a “asaltar los cielos”, los hechos, tozudos, lo están situando donde le corresponde.

A los parlamentarios que siempre han apoyado el régimen monárquico se les ha llenado la boca de “altura de miras”, “gobierno estable”, “generosidad”, “unidad nacional” y otras lindezas similares que son solo de cara a la galería como hicieron en las pasadas elecciones del mes de abril. Elecciones que las masas populares ganaron para parar a la derecha y combatir al fascismo en ascenso y que esos parlamentarios timoratos y claudicantes han ignorado.

La situación no es nada halagüeña para la izquierda social, que está más que asqueada con sus “representantes”. La perspectiva de nuevas elecciones solo nos traerá o una derecha recompuesta y más envalentonada que nunca o un social-liberalismo, encarnado por el PSOE, absolutamente dispuesto a aumentar los recortes de derechos y agresiones que la oligarquía precisa ante la nueva crisis que se avecina.

Sin embargo no puede ganarnos la desesperanza ni la impasibilidad, antes al contrario hoy nuestro objetivo ha de ser la firmeza y organización frente al circo, mentiras y trilerismo de “ciudadanistas” y “social-liberales” que solo han conducido al movimiento popular y sus organizaciones a la desmovilización y desencanto.

Frente a estos retos, es el momento de que las masas populares, especialmente la clase obrera, acumulen fuerzas, se organicen en amplios movimientos unitarios que nos lleven a lograr los objetivos de ruptura con el régimen y por la III República. Esa y no otra es la tarea central de las fuerzas de izquierda. Solo así podremos hacer frente con éxito a la reacción, al fascismo y a la monarquía que los ampara.

Comisión Permanente de la Federación de Republicanos (RPS)

Septiembre 2019