Por Carlos Hermida*
El circo de la Eurocopa ha servido una vez más para escenificar una orgía de españolismo que da vergüenza ajena. La bandera con el toro en los balcones, la canción “Que viva España”, del inefable Manolo Escobar, y el grito tribal “soy español, español, español” producen sonrojo y deseos de negar la propia condición de español a los que no compartimos esas muestras de patrioterismo cutre. Es cierto que en todos los estadios de fútbol se ven individuos ataviados de forma estrafalaria animando a sus selecciones nacionales, pero es evidente, por poner un ejemplo, que el nacionalismo francés no está ligado únicamente a fenómenos deportivos y responde a otras motivaciones de más calado, ligadas a la propia cultura, al papel internacional de Francia y a su potencia económica.
Es obvio que el nacionalismo y el patriotismo tienen un componente emocional y sentimental que los convierte en fácilmente manipulables en una dirección reaccionaria, xenófoba y agresiva, y en este sentido nacionalismo y derecha política están estrechamente unidos, pero también se puede estar orgulloso de los logros científicos, literarios y artísticos del propio país desde una perspectiva de izquierdas.
Esta reflexión es especialmente adecuada en el caso español, porque la derecha tiende a monopolizar el sentimiento nacional y acusa sistemáticamente a la izquierda de falta de patriotismo por rechazar los símbolos de identidad nacional, como la bandera y el himno, mientras que en otros países estos elementos identitarios son compartidos por toda la población. Seguir leyendo Nacionalismo y patriotismo en España →
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