14 de julio: la revolución que sacó a los Borbones del trono de Francia, por J. P. Galindo*


Hoy 14 de julio (aniversario del inicio de la revolución que sacó a los Borbones del trono de Francia) es un día perfecto para recordar por qué el escándalo de Juan Carlos no es nada extraordinario en el expediente de los Borbones españoles:

El primer Borbón en el trono español fue Felipe V. Lo consiguió gracias a una brutal guerra que duró 13 años (1701-1713) y se extendió por media Europa, en la que Catalunya y Valencia se decantaron por el otro pretendiente al trono, Carlos de Austria.

La victoria de Felipe V tras la guerra implicó (además de la pérdida de Gibraltar hasta hoy) la imposición de un modelo administrativo francés; unitario y centralista que atentaba contra la supervivencia de los viejos reinos, leyes, costumbres y lenguas de la corona española.

El tratar a Catalunya y Valencia como territorios enemigos conquistados en guerra, la disolución de sus órganos de gobierno propios (vigentes desde la edad media) la prohibición del uso de su lengua en la administración, etc… sembraron el germen de lo que hoy aún colea.

El siguiente Borbón azote de España es Carlos IV, de gran parecido con Juan Carlos, este señor prefería cazar, beber y andar con mujeres que gobernar, por lo que el amante de su esposa se hizo de hecho con el gobierno. En 1808 entregó la corona a Napoleón y a seguir la vida

Fernando VII, hijo del anterior, es un caso especial. Entregó la corona de España a Napoleón (Capitulaciones de Bayona) sin haber sido siquiera coronado. Se pasó toda la Guerra de Indepenndencia en un palacio francés, alabando a Napoleón mientras mataba españoles.

Cuando finalmente Napoleón es derrotado (1812) Fernando vuelve a España le comunican que el pueblo ha hecho una constitución que limita sus poderes (aún siendo enormes) así que la deroga, restaura todos los estamentos del viejo régimen y reprime a los liberales hasta la muerte.

Cuando una rebelión liberal progresista le obliga a restaurar la constitución, Fernando pide ayuda al ejército francés (de nuevo monárquico) y este vuelve a invadir España para devolverle el trono (Cien Mil Hijos de San Luis, 1823) por lo que morirá como rey absolutista.

La muerte de Fernando no solucionó sus problemas. Su única heredera era mujer por lo que cambió la ley de sucesiones para que pudiera ser reina (para eso sí era progresista) a despecho de su hermano Carlos. Eso provocará las Guerras Carlistas (1833-1840, 1846-1849 y 1872-1876)

Gran parte de la conciencia colectiva del pueblo vasco nace precisamente durante las guerras carlistas, donde los defensores del viejo régimen, del mundo tradicional, de las leyes y costumbres viejas, se conectan a lo largo del territorio vasco sembrando la semilla nacionalista.

Isabel II, hija de Fernando, irónicamente tuvo que apoyarse en los liberales para defenderse de su tío Carlos, por lo que la corona cedió cotas de poder. No obstante la corrupción, los escándalos sexuales y la desidia provocan una revolución en 1868 que la expulsa de España.

Los Borbones no volverán al trono hasta que en 1874 el general Martinez-Campos da un golpe de estado contra la constitución republicana y lo proclama rey unilateralmente. La desastrosa situación de la I República impide rechazar esta proclamación y se instaura la monarquía.

Su hijo Alfonso XIII (1886-1931) será un ejemplo más de la golfería tradicional borbónica. Su única preocupación era la caza, las mujeres y el prestigio de España en comparación con las potencias coloniales europeas. Esa manía provocó una guerra y un desastre militar en El Rif.

Alfonso quería compararse con Italia y Francia con sus extensas colonias africanas y presionó al ejército para lanzarse a una guerra contra las tribus bereberes y rifeñas de Marruecos, contra toda lógica o capacidad. En Annual (1921) fueron asesinados más de 10.000 soldados.

El desastre provocó un escándalo político y el gobierno puso en marcha una comisión de investigación sobre lo sucedido. Ante el desastre que se le venía encima, el rey respaldó al general Primo de Rivera cuando este dio un golpe de estado (1923) y se proclamó dictador monárquico.

En 1930 el anciano dictador abandonó el poder y el rey trató de colocar otro dictador títere y restaurar la situación previa al golpe del 23, sin lograrlo. Un año después se proclamaba la II República y los borbones volvían a abandonar España, como en 1808 y en 1868.

Durante la república Alfonso vivió en hoteles de lujo pagados con el dinero de sus cuentas suizas y al producirse el golpe del 18 de julio de 1936, se puso al servicio de los golpistas definiéndose a sí mismo como «falangista de primera hora» y donando grandes sumas a la causa.

Los Borbones no volverán a España hasta que el dictador Franco negocia con el hijo de Alfonso, Juan de Borbón, la «adopción» de su hijo mayor para ser educado y moldeado como futuro rey a la muerte del propio Franco (1948) En 1969 Franco le nombró «Principe de España»

Juan Carlos asumió el puesto de Franco en varias ocasiones antes de ser rey, debido a la mala salud del tirano, en 1974 y 1975. y finalmente fue proclamado rey el 22 del 11 de1975, tras jurar darle continuidad al movimiento franquista. Cuatro días después creó el ducado de Franco

Desde entonces hasta hoy el silencio se ha impuesto sobre los medios de comunicación de la monarquía (libertad de prensa, dicen) habiendo censurado artículos, noticias y documentales durante 40 años para proteger la institución instaurada por Franco de la lógica democrática.

Ahora salen a la luz detalles escabrosos (nada nuevos para la historia de los Borbones) del anterior rey, mientras el nuevo, Felipe VI sigue igual de blindado y protegido ante la opinión pública. La monarquía no es compatible con un régimen plenamente democrático.

Por todo esto (lo pasado, lo presente y lo futuro) es por lo que algunos siempre hemos dicho SIN REPÚBLICA NO HAY DEMOCRACIA y por lo que hoy, 14 de julio decimos que la monarquía no se vota (ni siquiera referendum) sino que se derroca. AUX ARMES CITOYENS! FORMEZ VOS BATAILLONS!

*J.P. Galindo es  presidente de Socialismo Mostoleño (SOMOS)